CREACIÓN DE LA REPUBLICA BOLIVAR, SUCRE Y EL LIBERALISIMO


1. La Audiencia de Charcas: Germen de estado y nación

Si tomamos en cuenta que según la definición clásica de Estado, Para ser tal se necesita territorio, población y gobierno, Bolivia comienza a ser Estado (por supuesto que no independiente) en 1561 cuando se crea la Real Audiencia de Charcas por decisión de la corona española.

El territorio que abarcaba la Audiencia según lo expresa la cédula real que le dio nacimiento, era de cien leguas a la redonda de la ciudad de La Plata fundada unos años antes. Sucesivas órdenes y decretos de la corona, fueron ampliando esa jurisdicción al punto de que cuando empieza la guerra de independencia en 1809, ese territorio había crecido hasta contar con unos tres millones de kilómetros cuadrados que se extendían desde la confluencia de los ríos Pilcomayo y Paraguay por el sur hasta el Yavarí y el Madera por el norte. Por el lado oeste lindaba con el océano Pacifico a través de la extensa provincia de Atacama, y por el Este con el río lténez y el territorio de Mato Grosso que también era parte de la Audiencia.

La población se encontraba fuertemente dispersa y se caracterizaba por su heterogeneidad. Los núcleos principales se situaban en el área aimaro-quechua llamada Kollasuyo, uno de los cuatro "suyos" o territorios en que se dividía el imperio incaico antes de la conquista española. Otras áreas demográficas importantes correspondían al oriente y el Chaco cuyos habitantes prehispánicos eran de raíz llamada hoy genéricamente tupíguaraní. En las ciudades habitaba gente mestiza (español e indígena) así como por criollos (descendientes de españoles nacidos en América) y los españoles de origen o chapetones entre los cuales se encontraban los altos funcionarios nombrados por la corona.

El gobierno de la Audiencia lo ejercía un presidente también llamado intendente-gobernador, pues era la cabeza de la intendencia de La Plata, una de las cuatro en que se dividía la Audiencia, y la principal de ellas. El sistema de gobierno era el monárquico hereditario presidido por el Rey que tenía su sede en Madrid. De acuerdo a las Leyes de Indias que regían la administración de las colonias americanas, la Audiencia era únicamente un tribunal de alzada o segunda instancia, pero su presidente tenía también funciones militares y administrativas que ejercía asesorado por el tribunal compuesto por un conjunto de magistrados llamados oidores.

Desde el punto de vista sociológico, Charcas era también una nación pues sus habitantes durante Ios dos siglos y medio que duró su vida como parte de la monarquía española, fueron integrándose cada vez más. La Plata (que incluía Oruro), La Paz, Potosí y Santa Cruz (cuya capital era Cochabamba) constituían regiones entre las cuales existía movimiento comercial e influencia cultural recíproca. El proceso de mestizaje -que continúa hasta hoy- fue haciendo cada vez más homogénea la composición social de sus habitantes.

Esas características hicieron de la nuestra, una nación pluricultural y multiétnica ya que a su formación han concurrido una enorme variedad de grupos raciales cuyas características pueden seguir siendo apreciadas en nuestro tiempo.

2. La época de la independencia

La Audiencia, o "Presidencia" de Charcas como también se la llamaba, fue escenario de una cruenta y dilatada guerra en la cual es necesario identificar dos etapas nítidas: una que va de 1809 a 1814 y otra que comienza este último año y termina en 1825.

Durante la primera etapa, los movimientos insurreccionales expresan su lealtad al rey castellano - quien era prisionero de los invasores franceses- aunque pretenden romper con la autoridad virreinal tanto de Lima como de Buenos Aires.

En 1814 se produce la derrota definitiva y consiguiente expulsión de las tropas de Napoleón en la península Ibérica. El rey Femando VII es liberado, pero éste en vez de promulgar el establecimiento de una monarquía constitucional y de introducir las reformas sociales que habían sido incorporadas en la Constitución de Cádiz de 1812, restablece el absolutismo monárquico. Esto da lugar a un encarnizamiento de las campañas por la independencia total en toda América. El rey no fue considerado más como símbolo de unión sino como el enemigo de la libertad de los pueblos.

2.1. La Plata

La ciudad de La Plata, conocida también como Chuquisaca durante la época colonial, y que hoy se llama Sucre, era la sede de la Real Audiencia. Además del tribunal, allí funcionaba la célebre Universidad jesuítica de "San Francisco Xavier" y su apéndice superior que era la Academia Carolina de donde surgieron famosos juristas y letrados que influyeron por igual en el proceso de independencia de Bolivia y Argentina.

También allí se encontraba la sede arzobispal. Los arzobispos que ocuparon la silla eclesiástica en La Plata, eran personajes equivalentes al propio presidente de la Audiencia y reclamaban superioridad jerárquica y protocolar sobre los oidores o magistrados. Encarnaban ellos la majestad de la religión católica, la única permitida en el reino y consubstancializada con la persona del monarca español.

Por último, en La Plata funcionaba el cabildo o gobierno de la ciudad, el antecedente más remoto de lo que después serían las democracias modernas. Sus miembros eran electivos y los cargos no sólo eran honoríficos sino que se exigía oblar un estipendio para ejercerlo. De entre ellos sugerían los alcaldes quienes, además de sus funciones administrativas y fiscales, eran jueces de primera instancia, y los alcaldes pedáneos, encargados de la justicia entre los indígenas.

De esa manera, el claustro universitario, la corporación de doctores o abogados, los oidores, el presidente, el arzobispo y el cabildo, constituían los gremios poderosos de la ciudad, o lo que René Moreno llama "la corte audiencial". Aunque no era sede de virreinato, la ciudad de La Plata concentraba un gran poder dentro del mundo colonial americano, entre otras cosas por la inmensa riqueza de mineral de plata que atesoraban dos de sus distritos: Potosí y Oruro.

En ese ambiente floreció un pensamiento propio sobre nuevas formas de organización del Estado y sobre los derechos del hombre y del ciudadano, el cual sirvió de inspiración a las reformas que se introducirían en el país a partir de 1825.

2.2. Goyeneche

A comienzos de 1809, llegó a La Plata el brigadier José Manuel de Goyeneche, criollo arequipeño muy bien vinculado en España. A raíz de la prisión del rey Femando, se formó en la ciudad de Sevilla una "Junta Central" que reclamaba la adhesión de todo el reino - tanto en la península como en las posesiones ultramarinas- para administrarlo a nombre del rey cautivo. Pero esa misma dignidad era también reclamaba por la princesa Carlota Joaquina, hermana de Fernando y esposa del rey de Portugal Juan VI quien se había trasladado al Brasil con su familia y toda su corte a raíz de la invasión francesa a la península.

Goyeneche se hizo presente en La Plata portando credenciales de ambos aspirantes. Fue bien recibido por el presidente Ramón García Pizarro y por el Arzobispo Benito María de Moxó y Francolí. No así por los oidores y miembros del cabildo, menos aún por el gremio de doctores quienes lo miraron con suspicacia y antipatía.

No obstante de que Goyeneche oficialmente pidió la adhesión de las provincias de Charcas a la Junta Central, de inmediato se esparció el rumor de que el objeto de su visita era lograr la adhesión a Carlota y por consiguiente a los portugueses. Eso fue suficiente para prender la rebelión.

2.3. El 25 de mayo de 1809

La rivalidad de tres siglos entre España y Portugal que comienza con el descubrimiento de América, dio lugar a que se libraran varias y dilatadas guerras entre los dos reinos por cuestiones territoriales. Ellas afectaron directamente a las jurisdicciones que como la de Charcas eran limítrofes con el Brasil, y por esta razón existía en todas las provincias vinculadas a la audiencia, un profundo sentimiento antiportugués que se manifestaba ahora en un repudio a las pretensiones de Carlota.

Al grito de "quieren entregamos a los portugueses", y aprovechando incidentes relacionados con la visita que acababa de hacer Goyeneche, los miembros del cabildo, el claustro universitario y el gremio de doctores, alborotaron al pueblo. Con apoyo de la guarnición de un pueblo vecino al mando del entonces joven militar Juan Antonio Álvarez de Arenales -quien tendría actuación muy destacada a todo lo largo de la guerra y aún en la fundación de la república- tomaron prisionero al presidente Pizarro.

Los oidores -quienes a su vez se encontraban en pugna con la autoridad del presidente- decidieron plegarse a la revuelta, y de esa manera se creó la figura de la "Audiencia Gobernadora". El arzobispo Moxó aterrorizado por lo que él consideraba un inicuo sacrilegio, se alejó de la ciudad.

Entre los miembros del claustro universitario que participaron directamente en la revuelta, figuraron los hermanos Manuel y Jaime Zudáñez. El primero de ellos moriría posteriormente en prisión, mientras que Jaime se destacó como ideólogo, político y magistrado en Chile, Argentina y Uruguay.

Del lado de los oidores, los actores principales de este acontecimiento, fueron Ussoz y Mossi, Juan Ramírez Laredo, conde de San Xavier, y el fiscal López Andreu quienes en los sucesos posteriores tuvieron actuación destacada respaldando al nuevo orden.

La rebelión de oidores, cabildantes, universitarios y doctores, tuvo una duración efímera. Si bien en la mente y el corazón de aquellos personajes bullían ideas avanzadas en relación a la autonomía de las colonias españolas, en los hechos lo único que hicieron fue proclamar su lealtad a Fernando y pedir que se nombrara un nuevo presidente teniendo en cuenta la comprobada ineptitud de Pizarro.

La "Audiencia Gobernadora" estuvo en funciones solo hasta diciembre de 1809. Procedente de Montevideo, y con despachos de la Junta Central como nuevo presidente de la Real Audiencia, llegó a La Plata el brigadier Vicente Nieto, marino español que allí se desempeñaba por encargo de la corona. La llama de la insurrección estaba sin embargo, firmemente prendida.

2.4. El 16 de julio de 1809

Los sucesos de La Paz de 16 de Julio de 1809, tienen directa relación con lo ocurrido en La Plata dos meses antes.

Uno de los primeros actos de la Audiencia Gobernadora, fue enviar agentes que explicaran la conducta que ella había asumido aquel 25 de mayo, y que a la vez buscarán la adhesión de las otras provincias de Charcas. Quienes llegaron a La Paz encontraron en esta ciudad un terreno fértil a los propósitos insurreccionales.

Desde su creación a mediados del siglo XVI, Charcas había sido parte del virreinato del Perú. En tal carácter permaneció hasta 1776 cuando las autoridades peninsulares decidieron incorporarla al virreinato de Buenos Aires creado precisamente en aquel año. Sin embargo, por su proximidad geográfica, su complementariedad económica y su parentesco racial y cultural, La Paz siguió más cerca de Lima que de Buenos Aires, y en los hechos resultó que tanto la ciudad como la provincia de que era parte, estaba sometida a la doble tutela limeña y porteña.

Así como Potosí y Oruro se hicieron famosos por sus minas de plata, La Paz no era menos rica pues poseía lavaderos de oro y extensas plantaciones de coca sin cuyas hojas la industria minera no podía funcionar pues ellas constituían parte esencial de la dieta de los mitayos. El intercambio comercial con la sierra peruana y con los puertos del Pacífico, era otro elemento que agregaba poder y riqueza a la intendencia paceña.

El 16 de Julio de 1809 el cabildo de la ciudad resolvió deponer al gobernador Tadeo Dávila y desconocer la autoridad espiritual del obispo Remigio de la Santa y Ortega.

Se formó una "Junta Tuitiva de los derechos del rey y de la religión", presidida por Pedro Domingo Murillo, un mestizo ilustrado que había recibido su formación en Cuzco donde estableció contactos con revolucionarios peruanos.

La Junta Tuitiva hizo circular de inmediato un documento llamado el "Estatuto Constitucional" que expresaba de manera clara y rotunda los propósitos que habían animado al pronunciamiento de julio. Entre ellos figuraba la prohibición de seguir enviando dinero a Buenos Aires y decretando la libertad de comercio con esa capital y con Lima. Asimismo, se dispuso que la junta estuviera integrada por "indios nobles" que debían ser nombrados en cada partido que era el nombre que se daba a las diferentes circunscripciones en que se dividía la intendencia.

Por esa época circuló también una proclama subversiva y clandestina que se pronunciaba contra el propio rey cautivo y "la bastarda política de Madrid".

Fue también en diciembre cuando entraron a La Paz tropas provenientes de Cuzco a cuya cabeza estaba el propio Goyeneche. Estas disolvieron la Junta Tuitiva y ahorcaron a sus miembros principales.

2.5. La guerra hasta 1814

El 25 de mayo de 1810, a un año exacto de la rebelión de la ciudad de La Plata, estalla en Buenos Aires un movimiento insurreccional que destituye al virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros y forma una junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra. Este había nacido en Potosí y por entonces era un experimentado militar que había participado pocos años antes en las campañas para expulsar de Buenos Aires a dos expediciones británicas.

La junta porteña que expresó su lealtad irrestricta a Fernando VII pero también su rechazo a la Junta Central de Sevilla, envió tres expediciones para someter a su control el territorio de Charcas, llamado por ellos las provincias altas. Las tres fracasaron estruendosamente (la última fue en 1814) y a partir de ese momento, Buenos Aires se desentiende totalmente de los territorios que reclamaba como suyos. Las provincias del norte argentino quisieron hacer algo, pero sus resultados fueron también negativos.

2.6. Las guerrillas o republiquetas

Se llamaron así a los ejércitos irregulares o montoneras que se organizaron en nuestro territorio para seguir la lucha que habían abandonado los argentinos. Aunque su aparición es un hecho coetáneo al comienzo de la guerra, ellas significaron un empeño propio que iba a desembocar en la creación de la república.

Los jefes principales de estos grupos fueron Vicente Camargo, Manuel Ascencio Padilla y su esposa Juana Azurduy en Chuquisaca; el cura Idelfonso de las Muñecas en Larecaja; Arenales en Cochabamba y Vallegrande, e lgnacio Warnes en Santa Cruz de la Sierra.

El núcleo guerrillero más importante fue el de Ayopaya que tuvo por jefes a Eusebio Lira, Manuel Chinchilla y José Miguel Lanza. Este grupo estuvo en actividad desde 1812 hasta 1825, o sea a todo lo largo de la guerra emancipadora y operó en las abruptas montañas y serranías que unen Cochabamba con La Paz. Los aportes documentales de la historiografía boliviana contemporánea, permiten colocar sin sombra de duda, a la republíqueta de Ayopaya como el verdadero germen y después base de la república independiente que nació en 1825.

2.7. Martín Güemes

La lucha por la autonomía frente a España estaba ligada primero a Buenos Aires pero el fracaso de los ejércitos venidos de la capital del Plata dejó desorientados a los patriotas altoperuanos.

El vacío dejado por los esfuerzos de Belgrano y Rondeau fue llenado por Martín Güemes, el jefe de los gauchos de Salta quien fue reconocido unánimemente por los dispersos pero activos grupos insurrectos en nuestro territorio. Estos seguían manteniendo la lealtad a quienes suponían autoridades legítimas del antiguo virreinato de Buenos Aires, y el principal de ellos fue José Miguel Lanza quien afianzó su liderazgo en la guerrilla de Ayopaya actuando a nombre de Güemes.

Es un lapso que transcurre entre 1817 y 1821 año este último en que muere Güemes a manos de José María Valdez "el Barbarucho", lugar teniente de Pedro Antonio de Olañeta que habla enviado una expedición a reducir al célebre caudillo salteño.

2.8. José de San Martín

La desorientación producida por la muerte de Güemes, coincide con la llegada de San Martín al Perú y la declaratoria de independencia de julio de 1821. Esto trae nuevas esperanzas a los combatientes que aún subsistían concentrados todos ellos en los departamentos de La Paz y Cochabamba, entre Inquisivi, Coroico y Ayopaya bajo la dirección de Lanza.

La adhesión a la causa sanmartiniana significa, sin embargo, un alejamiento definitivo de Charcas de las provincias Unidas del Río de La Plata y en cierto modo, un restablecimiento de vínculos con el antiguo virreinato peruano.

San Martín no agotó su empresa con la liberación del Perú pues su propósito era liberar también las provincias altas para lograr lo que no pudieron hacer las expediciones porteñas que habían empezado 10 años antes. Pero San Martín también fracasó pues sus tropas fueron derrotadas en Torata y Moquegua, en plena sierra peruana.

Tampoco tuvo éxito otra expedición montada por San Martín desde territorio argentino con destino a Charcas y que debía estar dirigida por Antonio Gutiérrez de la Fuente y José María Peréz de Urdininea.

2.9. Pedro Antonio de Olañeta

Mediante una proclama lanzada el 28 de diciembre de 1823, el comandante del Ejército realista del sur, general Pedro Antonio de Olañeta, anuncia su rebelión contra el virrey La Serna, aunque proclamando su lealtad al rey español.

Este pronunciamiento da origen a la guerra doméstica la cual ocasionó la división irreversible del ejército realista del Perú y coadyuvó decisivamente a las victorias patriotas de Junín y Ayacucho. Al mismo tiempo, puso a Charcas en condición jurídica, política y militar de proclamarse libre de Lima y de Buenos Aires, antiguo ideal de los habitantes de la Audiencia y que se había expresado en la revolución de La Paz de 16 de Julio de 1809.

Esa situación se reforzó con la entrada de Sucre a territorio charqueño y con la muerte de Olañeta en Tumusla en abril de 1825.

2.10. Casimiro Olañeta

Era doctor de la Academia Carolina, sobrino del general, y actuó como secretario y consejero suyo durante la guerra doméstica. Gerónimo Valdés, jefe realista quien era el lugarteniente de La Serna en el territorio de Charcas, lo acusó de haber instigado la rebelión de su tío, versión que después fue confirmada por el propio Casimiro. Al producirse la acción de Ayacucho, Olañeta salió al encuentro de Sucre con quien se reunió en Puno. De ahí marchó con él hasta Chuquisaca -nombre con el que figura la ciudad de La Plata en todas las partes del ejército libertador- donde en julio de 1825 comenzó sus deliberaciones la Asamblea Constituyente convocada por Sucre.

Fue en la organización de dicha asamblea y en la influencia que desplegó sobre sus miembros para que se pronunciaran por la independencia, que se destacó Casimiro Olañeta. El, y José Mariano Serrano fueron los redactores del acta de independencia y de la conducción política del naciente cuerpo político que recibió el nombre de "República Bolívar" como expreso homenaje al libertador. Poco después el nombre sería simplificado a "Bolivia".

3. El ejercito libertador

Aunque el Ejército Unido Libertador de Colombia (en cuyas filas figuraban colombianos, venezolanos, peruanos y argentinos) no tuvo participación alguna en la liberación del territorio de Charcas, desempeñó un papel decisivo en cuanto a garantizar la independencia de la nueva república. Su fuerza inicial de 10.000 hombres constituyó un poderoso disuasivo a la intervención que podían ejercer Perú o Argentina.

Argentina (más propiamente las Provincias Unidas del Río de la Plata) había renunciado expresamente a toda pretensión con respecto a Bolivia aunque no compartía con Bolívar sus grandiosos planes de hacer un inmenso Estado o un Estado confederado en América.

En lo que se refiere al Perú, la Constitución de 1823 (un año después de la salida de San Martín) señalaba que los límites de la república serían definidos "después de la liberación del Bajo y Alto Perú". Esa liberación debía ser hecha por las armas peruanas y a ello obedeció la expedición de Andrés de Santa Cruz ese mismo año, enviada por el presidente de ese país José María Riva Agüero y que terminó en un total desastre.

4. Se crea la "República Bolívar"

El 9 de diciembre de 1824, se produce la victoria de Ayacucho que pone fin a la dominación española en América del Sur. Entre el jefe vencedor Antonio José de Sucre y el derrotado virrey José de la Serna, se firma una capitulación que entrega al Ejército Unido Libertador de Colombia -a cuyo mando se encontraba Sucre por delegación del general Simón Bolívar- todo el Perú, "hasta el río Desaguadero”.

Las provincias de Charcas o Altoperú (incluyendo las provincias de Tacna y Arica) no fueron comprendidas en la capitulación pues ellas no se encontraban bajo el control del virrey derrotado. Su comandante general, Pedro Antonio de Olañeta, se había insurreccionado un año antes.

4.1. Bolívar y la Nueva República

En sus años iniciales de lucha por la independencia americana, Bolívar jamás imaginó que Charcas podía convertirse en república independiente como tampoco Quito o Venezuela. Actualizando un antiguo principio del Derecho Romano, el Libertador postuló el "uti posidetis", esto es, “como poseíais”. Consiguientemente la independencia debía ser rubricada en base a las posesiones de los tres virreinatos: Nueva Granada, Perú y Buenos Aires.

La única excepción a esta regla que Bolívar admitía era Chile, por razones históricas que él ya había explicitado en 1814 en su célebre , “carta de Jamaica”.

La oposición de Bolívar a que nos constituyéramos en república independiente fue explícita y dura. Recriminó a Sucre por haber lanzado el decreto de convocatoria a la Asamblea de las provincias altoperuanas. Esa resistencia fue vencida por los diputados a la Asamblea de Chuquisaca, José María Mendizábal y Casimiro Olañeta quienes por encargo de aquella, pusieron en conocimiento del Libertador que la nueva república llevaría su nombre y que él era el encargado de redactarle su primera Constitución.

Bolívar se sintió honrradísimo el resto de su vida con el nombre, y aceptó complacido la tarea de escribir la Constitución que fue llamada "vitalicia" y que estaba destinada a regir en todas las naciones liberadas por él.

La figura de Bolívar en el escenario altoperuano apareció tardíamente. En uno de sus apuntes, José Santos Vargas (el "tambor mayor") escribe que la primera vez que los combatientes de Ayopaya escucharon el nombre del Libertador fue en 1819. Aún después de esa fecha, Bolívar no ejerció influencia alguna en los acontecimientos políticos y militares que iban a dar origen a la nueva república. No obstante, la Asamblea de Chuquisaca lo nombra jefe supremo de la república durante todo el tiempo que residiera en ella.

Bolívar estuvo sólo cuatro meses en Bolivia a fines de 1825 y los decretos que dictó durante su permanencia en el territorio nacional lo hizo usando sus título de Libertador de Colombia y "Dictador" del Perú.

4.2. Sucre y la Nueva República

Al mariscal de Ayacucho le correspondió enfrentar la desconfianza tanto de argentinos como de peruanos a que dio lugar la creación de Bolivia. Consideraban que ésta, y sobre todo su presidente, Sucre, tenían la misión de servir como avanzada en los planes de Bolívar sobre una gran república o confederación hispanoamericana idea que ellos rechazaban.

Como resultado de esa situación, Sucre hubo de sufrir intentos subversivos que involucraron a agentes de Argentina y Perú durante los tres años de su difícil administración. En ellos también participaron colombianos de graduación menor ansiosos de salir de Bolivia para volver a su patria.

4.3. Los intentos de reforma

Sucre trató de introducir reformas fundamentales a la estructura de la ex-colonia Que acababa de ganar su independencia.

Se empeñó en reducir la enorme influencia que hasta entonces tenía el clero para lo cual decretó la confiscación de los bienes eclesiásticos como los conventos y monasterios, muchos de los cuales fueron convertidos en cuarteles. La Recoleta de la actual ciudad de Sucre, por ejemplo, fue durante muchos años ocupada por tropas militares. Lo mismo ocurrió con el convento de San Francisco que continúa como cuartel hasta hoy en día.

Otro aspecto fue el relativo a la creación de impuestos a la propiedad para evitar que las cartas fiscales descansaran únicamente sobre los hombros de la población indígena. Sucre dictó una legislación tributaria que fue tenazmente resistida por el elemento criollo del país.

Finalmente fue derrocado por una invasión del ejército regular peruano a cuyo mando se encontraba el general Agustín Gamarra el que recibió apoyo del elemento criollo entre el que se destacaba Casimiro Olañeta.

Cuando Sucre abandonó el país rumbo a Colombia, hizo lo propio el ejército de Gamarra. La recién ganada independencia entraba a nueva y constructiva etapa.

5. Las ideas liberales

Cuando Bolívar se enteró de la muerte del general Olañeta en Tumusla, escribió a uno de sus corresponsales: "un millón de hombres acaban de engrosar las huestes del mundo liberal". Ese mundo era el ansiado por las élites del imperio español a comienzos del siglo XIX.

El liberalismo económico preconizado unánimemente por todos los jefes revolucionarios americanos y por los españoles que perseguían idénticos ideales en la península, tenía una connotación comercial.

Desde el famoso escrito de Mariano Moreno "la representación de los hacendados" abogando por el libre comercio entre Buenos Aires y Europa, pasando por los decretos de San Martín en el Perú suprimiendo todas las restricciones a la navegación en puertos del Pacífico, y terminando por los intentos reformadores del mariscal Sucre en la naciente Bolivia, todo el pensamiento independentista está caracterizado por ese anhelo liberalizador.

El liberalismo fue también la ideología que inspiró el sistema de gobierno en sus dos variantes: monarquía constitucional y república independiente y democrática.

Una apreciación incorrecta del pensamiento de nuestros próceres, ha llevado a contraponer el monarquismo como contrario a las reformas al sistema político. Sin embargo, la Constitución propuesta en 1808 por José Bonaparte para España y América en 1812 por las Cortes reunidas en Cádiz, propugnaban audaces reformas al sistema político bajo la figura de un rey cuyo poder emanaba del pueblo y no de la divinidad.

En distintas épocas, eso mismo fue postulado por Bolívar y San Martín quienes nunca fueron entusiastas republicanos sin que por ello hubieran dejado de ser fervientes liberales.

Bolívar propuso en la Constitución Boliviana o "vitalicia" una fórmula transaccional entre monarquía y república pero ella fue rechazada unánimemente en Chuquisaca, Lima, Quito, Bogotá y Caracas. Eso ocasionó la caída del Libertador y la sepultura de sus grandiosos proyectos de unidad americana.

Los pueblos optaron por repúblicas democráticas a la usanza de los Estados Unidos de América. Y las jurisdicciones menores, esto es, Audiencias y Capitanías Generales, cortaron sus antiguos vínculos con sus cabeceras virreinales declarando su total independencia frente a ellos.


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